domingo, 9 de noviembre de 2014

"Adoptando Nuevas Leyes" - Nueva Ley de Adopción

Han pasado 17 años desde la sanción de la Ley 24.779 que contempló la última reforma a la figura de la adopción. Podría parecer a simple vista poco tiempo, pero en las instituciones que integran el derecho de familia -un ámbito en constante desarrollo-, el tiempo cobra otra dimensión y hay muchas cuestiones para revisar y cambiar; procurando garantizar siempre y ante todo el interés superior del niño.
En el año 2005, el Congreso sancionó la Ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, que obliga a reformular radicalmente la ley de adopción dado que muchas de sus disposiciones vulneran seriamente los derechos reconocidos a los niños, niñas y adolescentes por la nueva normativa. A su vez la ley 26.061 fue la oportunidad para adecuar definitivamente la ley de adopción a los lineamientos de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, tratado que goza de jerarquía constitucional a partir de la reforma de 1994.
Bajo la reglamentación actual, a un niño se le va la infancia esperando que lo adopten. Hasta diez años demora el trámite porque no existen plazos para la Justicia. Con la nueva norma, los jueces deberán definir las causas en un tiempo no mayor de seis meses. Si entre el niño y la familia adoptante todo se encuentra en orden el juez tiene un plazo de 180 días para autorizar el inicio del juicio de adopción. También los tiempos de la guardia provisoria se reducen notablemente.
Según la nueva normativa en debate la adopción plena es irrevocable y confiere al adoptado una filiación que reemplaza la de origen y garantiza la defensa de sus derechos. Hasta ahora, en el debate parece haber acuerdo en que los convivientes cuenten con esa posibilidad de adoptar en igualdad de condiciones y derechos ante el menor.

DISTINTAS VOCES SOBRE UN MISMO TEMA

La diputada nacional por el PRO, Patricia Bullrich, quien firmó uno de los proyectos de modificación de la ley de adopción sostiene que “lo mejor para los niños es ser criados en el seno de una familia, y así con el sistema tal como está, ese derecho no se cumple. Existe por ejemplo algo muy cruel que es que si a los chicos que están en hogares algún familiar certifica que los va a visitar al menos una vez por año esos niños no pueden ser entregados a otra familia”.
Victoria Donda, diputada nacional de Libres del Sur, quien también acompaña los cambios en las normativas de la ley, sostuvo la importancia de la renovación de la ley: “la principal falencia de la legislación vigente es que es muy escueta, y deja sin regular muchos aspectos importantes. Los plazos, el modo en que los niños entran en estado de adoptabilidad, los mecanismos para dar y postularse para adoptar, entre varias otras cosas, que terminan convirtiéndose en trabas e indefiniciones que tienen como resultado la crisis actual del sistema”.
Gabriel Lugones, abogado platense y adoptado, es otro de los que respalda el nuevo proyecto de ley. Consultado sobre las dificultades a la hora de la adopción, dijo lo siguiente: “Hay que pensar y analizar los valores que entran en juego, porque  si bien como regla no es absoluto, hay familias que están dispuestas a entregar ó dejar en situación de adopción ó de abandono a sus hijos. Lo que se quiere evitar es  perder el  vínculo filial por pobreza. No por pobre hay que sacarle al chico, esto sería atroz”.

TRÁFICO DE BEBÉS Y ADOPCIÓN

Otro de los problemas a enfrentar por la nueva ley de adopción es el tráfico de bebés. Julio César Ruiz, representante de la ONG “Fundación Adoptar” afirma que “el país está dividido en tres zonas donde esta práctica ilegal se lleva a cabo: la primera de ellas, son las que componen las provincias del nordeste de Argentina: Chaco, Formosa, Misiones, Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe. La segunda, es Añatuya, en el Departamento Taboada, centro principal y sede del poder judicial, económico, político y eclesiástico del sureste de Santiago del Estero. La tercera es la zona de Cuyo (San Juan, La Rioja, San Luis, Mendoza), por poseer, todas las características geopolíticas para tales actos delictivos y su cercanía con la frontera”.
“En este sentido, la diferencia con el resto de las demás provincias Argentinas, es que puede y de hecho las hay, las llamadas entregas de bebés, pero no infraestructuras específicas como en aquellas otras preparadas de modo “ad hoc”. Una serie de factores  han ido contribuyendo, a través del tiempo para que se visualice este fenómeno. Uno de ellos, es el que cimentó la base cultural de sus habitantes como es la ideología que ‘los niños se crían mejor con familias pudientes’”, agregó el miembro de “Fundación Adoptar”.
Consultado sobre los traficantes, Ruiz contestó que “ellos están perfectamente identificados judicialmente, a través de nuestras denuncias penales. Pagan por cada bebé, desde una bolsa de harina -con la cual los hogares dadores dan de comer tortilla horneada por un mes a los demás niños que tienen-, hasta un artículo para el hogar como una licuadora o un ventilador”.
La pobreza según se sabe, es un condicionante fundamental a la hora de la decisión de entregar un bebé a los traficantes. Si bien esta discusión surge dentro del marco de la ley de adopción, no es la misma quién debe encargarse de solucionar la falta de recursos, sino el Estado.
Lugones, sostiene que “uno de los problemas que trae esta mezcla de mala ley y mala cultura de los adoptantes es que por una cuestión de practicidad se van al interior a buscar un pibe de una familia humilde, y después los llevan y los anotan como nacidos. Existe arrebato y comercio de bebés: vos sos pobre y dame el pibe. No es así. Si soy pobre dame una vivienda, un trabajo, un plan social, una caja de preservativos”.
El impulsor del debate por la modificación, el genetista Jorge Dotto dijo que “aprobando una nueva Ley de Adopción que ya cuenta con media sanción en el Senado y está presta a discutirse en la Cámara baja, se puede generar un sistema más ágil y eficiente”.
Antes de ser aprobada, la nueva Ley de Adopción debe ser tratada por las comisiones que presentaron el proyecto. Mientras tanto, aun son más de  14.675 niños, niñas y adolescentes los que esperan, que la nueva ley los ponga nuevamente en el centro de la escena.


                                                                                                        
Imagen perteneciente a la Campaña realizada por la Asociación Hindú para la Adopción y el Bienestar Infantil

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