
Según la definición de la Real Academia Española ser «lumpen» es pertenecer a un «grupo formado por individuos socialmente marginados» , pero en Casa Lumpen nada ni nadie esta ajeno a lo que pasa en nuestra sociedad.
Los colores estridentes que contrastan con el fondo negro, que alguien eligió para pintar la fachada de esta casa de estilo francés, invitan a mirar. Enseguida se advierte un estudio de radio, que es posible ver desde afuera a través del enorme vidrio que separa a los locutores de la calle. Al lado de ese vidrio, hay otro. Que funciona como escaparate de un negocio llamado "YUYOS", donde se pueden adquirir productos para el cultivo.
Los colores estridentes que contrastan con el fondo negro, que alguien eligió para pintar la fachada de esta casa de estilo francés, invitan a mirar. Enseguida se advierte un estudio de radio, que es posible ver desde afuera a través del enorme vidrio que separa a los locutores de la calle. Al lado de ese vidrio, hay otro. Que funciona como escaparate de un negocio llamado "YUYOS", donde se pueden adquirir productos para el cultivo.
Con toda esta información todavía no queda claro que pasa dentro de estas paredes ubicadas en 5 nº 674. Pero, un enorme árbol contenido dentro de un cantero que ocupa gran parte de la vereda, obliga a pasar tan cerca de la puerta abierta que imposible no torcer la cabeza para mirar hacia adentro. Sujeta en la pared del angosto pasillo de la entrada, una cartelera de madera plagada de papelitos, da idea de las actividades que se realizan en el lugar.
Al atravesar el pasillo, una típica galería de las antiguas casa platense da la la bienvenida a un lugar donde el sentimiento de compromiso y lucha social se hace presente en cada cuadro y en cada inscripción plasmada en las paredes. Un stencil con la silueta de una radio confirma en su leyenda que este lugar es "Lumpen: un centro cultural y productivo". Además, un enorme Luca Prodan tatuado sobre una pared amarilla enuncia la presencia de la juventud y de la música.
Una exposición de fotos decora la única pared enteramente de un sólo color, roja. El resto de estas contienen entre dibujos, stencils y grafittis, todos los colores de la paleta. Unos enormes gusanos giran alrededor del logotipo de la casa y dos caras surrealistas completan la ambientación. Cada detalle de la casa no es un simple capricho y refleja un espacio de cultura, comunicación, política y, según los mismos lumpens, "de producción de almas revolucionarias en contra del sistema".
Se respira un aire familiar, propio de cualquier hogar. Tanto las personas que ya están como las que llegan, saludan con un beso y un « hola » tan afectivo que podría ser el de un hermano o un amigo. Es que Casa Lumpen es, entre otras cosas, un lugar de encuentro para muchos chicos que quieren compartir sus intereses y pretenden conformar un espacio de militancia. En ese encuentro confluyen jóvenes con diferentes perfiles ideológicos que coinciden en la idea de antiimperialismo y la construcción de un poder popular.
El arte, que llega hasta los baños, enriquece cada rincón de esta casa que según cuenta su referente Juan Merino, "era una típica casa de estudiantes del interior. Cuando llegamos a La Plata, pensamos en alquilar una casa grande para vivir todos juntos más cómodamente que en una pensión, donde se hable de política y se milite; el espacio evolucionó y, después de mucho trabajo y esfuerzo, terminó siendo la casa que conocemos hoy".
Desde la galería se pueden ver dos habitaciones contiguas separadas entre sí por altísimas puertas pintadas de negro y bordeadas por los mismos estridentes colores de la entrada. Consolas, parlantes y cables inundan el primer cuarto conectado por una puerta al pequeño estudio de radio, al que da vida. El estudio con tres micrófonos, una mesa redonda y varias sillas diferentes, acoge a todo aquel que quiera difundir un mensaje, principalmente, con fines sociales. La otra habitación era, hasta hace poco tiempo atrás, el lugar que funcionaba como redacción de la revista "ser Lumpen hoy", otro área de este multimedio autogestionado que, por cuestiones económicas tuvo que dejar de salir a la calle.
En ese mismo estudio de radio, que en otra época fue el garaje de una elegante casa de familia, hoy trasmite quince programas semanales que pueden ser escuchados a través de una página de internet desde el lugar donde se esté. (www.radiolumpen.com.ar). Y que, a diferencia de las radios comerciales, no tiene fines de lucro y fomenta la participación comunitaria, otro de los ejes del trabajo de aquellos que se pasean diariamente por la casa.
Banderines de colores se entre cruzan sobre el techo de la galería llena de mesitas y sillas, donde no pasan más de unos minutos para que Tito te ofrezca algo para tomaro comer, elaborado ahí mismo: en la cantina. Esta cantina forma parte de un aspecto más del proyecto de los lumpens que consiste, más allá de brindar una excelente comida, en darles trabajo a chicos de bajos recursos que vienen desde Villa Adelina. Como ellos mismo remarcan: - Sí, trabajo.
La casa, además, está ubicada en un lugar privilegiado del centro de la ciudad por lo que la vida ahí no tiene descanso. Se desarrollan actividades culturales abiertas a toda la comunidad como recitales, cursos de fotografía, de radio, literatura contemporánea, un ciclo de cine francés y otras yerbas, propuestas tanto por comunicadores, como por militantes o por cualquiera que tengas ganas de trabajar.
Posiblemente sea esta la esencia del proyecto que pensaron hace algunos años aquellos estudiantes que llegaron a la ciudad y prefirieron alquilar una casa grande "donde se hable de política y se milite". Porque hoy Casa Lumpen es mucho más que un "Centro cultural y productivo", es un espacio con un fin social concreto: el crecimiento de todo el pueblo.
Pamela Tomás
No hay comentarios:
Publicar un comentario